Blog para compartir la filosofía gnóstica y nuestras vivencias personales en torno a tan maravillosa experiencia. Juan Julián Carballo Espinosa
EL AMOR Y SAN VALENTIN
Basilio Valentín, nacido en Egipto y educado en Alejandría, fue uno de los grandes alquimistas y filósofos europeos del siglo II.
Patrón del Amor, formó la escuela de los valentinianos, que constituye la rama más importante del gnosticismo de esa época.
Se dedicó al estudio del esoterismo crístico en todos sus aspectos; y desentrañó en sus obras en forma velada el misterio del Amor.
Sobre el Amor, Samael Aun Weor dice: “¡Cuán noble es el ser amado, cuán noble es la mujer, cuando en realidad de verdad están unidos por un vínculo de Amor! Una pareja de enamorados se torna mística, caritativa, servicial; si todos los seres humanos viviesen enamorados, reinaría sobre la faz de la Tierra la Felicidad, la Paz, la Armonía, la Perfección.
Cuando la pareja está en realidad de verdad enamorada, se producen dentro del organismo transformaciones maravillosas. El Amor es una efusión o una EMANACIÓN ENERGÉTICA que brota de lo más hondo de la CONCIENCIA; esas radiaciones del Amor estimulan a las glándulas endocrinas de todo el organismo, y ellas producen millonadas de hormonas que invaden los canales sanguíneos, llenándolos de extraordinaria vitalidad…
Son extraordinarias las Fuerzas Cósmicas que rodean a la pareja durante el acto sexual, en la cámara nupcial; si el ser humano supiera RETENER ESAS FUERZAS extraordinarias si no las malgastara en el holocausto del placer animal que a nada conduce, si en verdad respetara grandemente la Fuerza Maravillosa del Amor.
El HOMBRE es el impulso inicial de toda Creación; la MUJER es el poder receptivo formal de cualquier Creación.
El hombre, en sí mismo, tiene la capacidad para luchar; la mujer, en sí misma, tiene la capacidad para sacrificarse.
El hombre, en sí mismo, tiene la inteligencia que se necesita para vivir; la mujer tiene la ternura que el hombre necesita cuando regresa diariamente de su trabajo.
Así que, ambos, hombre y mujer, son las DOS COLUMNAS DEL TEMPLO; esas dos Columnas no deben estar demasiado lejos ni demasiado cerca: debe haber un espacio como para que la Luz pase por medio de ellas…
El acto sexual es un Sacramento; así lo comprendieron los pueblos antiguos… Hubo templos dedicados al Amor; recordemos el Templo de Venus, en la Roma de los Césares; recordemos el Templo de la Luna en la antigua Caldea, recordemos los Templos Sagrados de la India, donde se rendía culto a eso que se llama “Amor”…
Así que en el Amor hay un secreto, y éste me parece que ha sido muy bien estipulado por Sigmund Freud (“SUBLIMACIÓN, dijo, de la Energía Creadora, mirar el sexo con profundo respeto”). Obviamente, el hombre y la mujer son como dos partes de un mismo Ser; el hombre salió del Edem acompañado de su esposa, y debe regresar al Edem con su misma esposa. Con otras palabras diríamos: “El hombre salió del Edem por las puertas del sexo, y solamente por esa puerta puede retornar al Edem” (el Edem es el mismo sexo).
¡Qué ingentes Poderes se despertarían si la humanidad aceptara el Sistema de Brown-Sequard o de la “Sociedad Oneida”, o del Doctor Krumm Heller, sistemas fundamentados en las viejas tradiciones de la Lemuria! Esto es algo que los médicos, los hombres de ciencia podrían investigar; yo me limito, sencillamente, a pensar, que de la TRANSMUTACIÓN Y SUBLIMACIÓN DE LA ENERGÍA CREADORA, deviene una transformación Psicológica-Fisiológica-Biológica radical.
Valentín y los Valentinianos, tuvieron su Escuela; y en ella se estudiaron los misterios del sexo, y se analizaron cuidadosamente.
Valentín y los Valentinianos conocieron el Secreto Lemúrico: Sublimaron la Energía Creadora y lograron el desarrollo de ciertas posibilidades psíquicas que se hallan latentes; Valentín fue un Gran Iluminado, un Gran Maestro en el sentido más completo…
“Las Doce Llaves de Basilio Valentín” hablan de doce claves que son en realidad secretos alquímicos. Todos los libros de Alquimia están escritos en clave, quien no conoce la Magia Sexual no puede entender los libros de Alquimia.
Todo el tecnicismo de los libros de Alquimia hay que buscarlo en las gónadas. Las obras de Alberto el Grande, Raymundo Lulio, Sendivogios, Paracelso, Nicolás Flamel, sólo se pueden entender con la clave suprema de la Magia Sexual. Los laboratorios alquimistas medievales representas los órganos creadores.
Las doce claves de Basilio Valentín representan todo el trabajo alquímico que debe realizar el ser humano en sí mismo. Como siempre se ha buscado su interpretación en forma literal y externa, muy pocos imaginan que en estas claves se encuentra la llave para la autorrealización íntima del Hombre.
Samael Aun Weor